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Norbert Wiener, la cibernética y nuestra realidad

La cibernética, o comunicación para el control es un principio científico propuesto por Norbert Wiener, ha tenido una gran trascendencia en el mundo actual. Sin embargo, también presenta riesgos y desafíos.

Naves espaciales que se manejan desde pantallas para acoplarse a estaciones que orbitan la Tierra a miles de kilómetros de distancia, control automatizado de los aparatos y funciones domésticas, plataformas virtuales que conocen y vigilan cada una de las búsquedas en internet y las compras que se realizan en línea, robots que cada vez más reemplazan a los humanos en un sinnúmero de tareas, reuniones virtuales que se pueden realizar entre cientos de participantes que están dispersos por varios puntos del planeta, e incluso fuera de él.

Norbert Wiener es considerado el padre de la cibernética

Norbert Wiener, padre de la cibernética, posiblemente no imaginó la trascendencia de sus descubrimientos y propuestas.

No, no es ciencia ficción, es la realidad que se vive en 2020, 56 años después de la muerte de Norbert Wiener, niño prodigio que obtuvo un doctorado en lógica matemática en la Universidad de Harvard a los 18 años. Este brillante académico sentó las bases para el desarrollo y las ulteriores aplicaciones prácticas de la llamada cibernética, la ciencia del control y la comunicación.

Autores como Melvin de Fleur y Schramm habían desarrollado el concepto de retroalimentación (feedback) pero aplicado más bien al análisis de la comunicación mediática dirigida a grande audiencias. Wiener, por su parte, desde un punto de vista más pragmático, se dio cuenta de que esta comunicación de ida y vuelta, pues eso es, serviría para disminuir la cantidad de procesos caóticos en las máquinas y los sistemas, y por lo tanto, para aumentar o mejorar el grado de control en los mismos. Dicho kubernetes (palabra griega que significa control y que es también el origen del término gobierno), podría ayudar a que los sistemas lleguen a un estado de balance u homeóstasis.

Somos una máquina cibernética perfecta, siempre lo hemos sido, pero sin nombres tan sofisticados

El proceso de control y comunicación entre personas y máquinas no es nuevo, ha existido desde que hay vida orgánica en la tierra. Está presente en los seres vivos y por supuesto, en el ser humano. El sistema nervioso central es un buen ejemplo de ello. Nuestras terminaciones nerviosas retroalimentan el cerebro a cada instante. Así, somos capaces de percibir sensaciones de dolor o placer, u otras térmicas, como el frío o el calor. La vista capta colores y el oído sonidos. Con esos insumos la mente luego hace un trabajo maravilloso pues los combina con recuerdos anteriores y eventualmente llega a conclusiones nuevas. De esta manera, se completa el círculo del conocimiento y la razón humana. Somos una máquina cibernética perfecta, siempre lo hemos sido, pero sin nombres tan sofisticados.

Si no fuera así, no podríamos siquiera sostener una taza en nuestras manos pues la soltaríamos o no nos sería posible evaluar su peso y forma. Por ello, quienes padecen el mal de Parkinson tiemblan y no pueden asir objetos con firmeza. Está fallando su cibernética interna, su comunicación de ida y vuelta entre las células cerebrales, las neuronas.

Wiener tiene el mérito, desde luego, de haberse percatado de que este mismo fenómeno de comunicación interna, como el de los nervios y el cerebro, que produce efectos de estabilidad y control en el cuerpo, puede aplicarse, así mismo, a procesos de comunicación entre personas, entre personas y máquinas o entre máquinas solas. Un ejemplo actual de cibernética puede ser una central nuclear cuyos procesos, delicadísimos por cierto, son controlados automáticamente por un cerebro digital que reposa en el interior de un disco duro, o bien, la búsqueda de exoplanetas en nuestra misma galaxia, la Vía Láctea, o incluso fuera de ella, a miles de años luz. Hacer barridos secuenciales de millones de sectores del universo en búsqueda de sistemas solares y planetas semejantes al nuestro requiere de una constante comunicación de ida y vuelta con el fin de almacenar datos y seguir obteniendo nueva información que sea relevante.

Sin embargo, aquí en la Tierra, en la realidad que vivimos todos los días, la cibernética puede tener muchos usos bastante más prácticos que la búsqueda sistemática de vida alienígena. Unos de gran valor para la preservación de la vida. Los médicos y biólogos estarán justamente utilizando este control informativo en tiempo real para dar finalmente con una vacuna contra el coronavirus, o por lo menos, para encontrar un tratamiento eficaz, tal como acaban de informar científicos británicos acerca de la Dexametasona, que puede reducir el riesgo de muerte de enfermos graves de Covid-19 hasta en un 35 %, a major breakthrough , es decir, un gran avance científico y terapéutico. No habría sido posible sin sistemas cibernéticos, sin comunicación de ida y vuelta entre núcleos de científicos y bases de datos que rápidamente evalúan la eficacia de un medicamento en relación con los pacientes que no han recibido el medicamento en cuestión sino placebos, a fines comparativos.

Lamentablemente, todo tiene un lado oscuro, y la cibernética no es la excepción. Los gobiernos u otras organizaciones, Amazon, Google, Facebook, etc, pueden eventualmente utilizarla para controlar a la población. La información que nosotros mismos proporcionamos en las redes sociales o al utilizar plataformas digitales dice mucho de nuestra vida personal y familiar. Los gigantes tecnológicos saben bien cuáles son nuestras preferencias de consumo o ideologías políticas. Les estamos proporcionando datos sobre ello todo el tiempo, incluso sin darnos cuenta, cuando nos movilizamos con el teléfono inteligente que envía datos sobre nuestra ubicación, sobre los lugares que visitamos y hasta lo que consumimos.

Hace poco, leía en un sitio de noticias británico, que se habían presentado denuncias de acoso familiar utilizando dispositivos domóticos, es decir, tabletas que sirven para controlar las luces del domicilio o los ciclos de la lavadora. Es fácil abusar de estos dispositivos y utilizarlos para otros fines, por ejemplo, para espiar a la pareja y luego ejercer violencia contra ella.

Hay que ser muy prudentes al momento de manejar nuestra información personal en el ciberespacio, lo cual significa justamente, espacio controlado

Nadie pone en duda las ventajas de la cibernética en términos de eficacia para mejorar los procesos productivos, tecnológicos y científicos en general. En una gran medida, a todos nos ha facilitado mucho la vida googlear cualquier tema para obtener información sin tener que quemarnos las pestañas hojeado gruesos tomos en las bibliotecas. Sin embargo, hay que ser muy prudentes al momento de manejar nuestra información personal en el ciberespacio, lo cual significa justamente, espacio controlado, a partir de la etimología aquí expuesta. ¿Por quién? No lo sabemos.

Referencias externas:

https://www.revistaciencia.amc.edu.mx/images/revista/67_1/PDF/Presentacion.pdf


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