Ya son más de dos años que la hija de Laura N desapareció involuntariamente. La mañana del 15 de Abril del 2014, Laura despidió a Rosita antes de ir al colegio y fue a trabajar. Cuando llegó a casa por la tarde no la encontró y creyó que su demora se debía a algún imprevisto. Llamó a sus amistadas, familiares, vecinos, conocidos y no la encontró.
Los días posteriores a su desaparición hizo la denuncia del caso en la fiscalía. Las respuestas que obtuvo fueron poco alentadoras, alegaron que era adolecente, que debía estar con sus amigos o con pareja y que seguramente volverá pronto a su hogar… Laura quedó desecha y no supo qué hacer, la frustración y la angustia que sentía la llevaron a una depresión crónica, incluso intentó quitarse la vida. no hubieron palabras para calmar su dolor.
El amor de Laura por su hija la obligó a dejar de lado la tristeza. Cansada de esperar se puso a investigar por su cuenta y convirtió su casa en un centro de espionaje y locura, todos eran sospechosos. Con ayuda de su mamá golpeó las puertas de las casas en su vecindario, persiguió a sus vecinos, en especial a uno que tenía antecedentes de comportamiento indebido por alcoholismo y acoso sexual, pero no encontró nada para inculparlo como un posible sospechoso.
Laura ha pasado el tiempo repartiendo volantes, sin importar el clima ha ido a concentraciones con un cartel en las manos exigiendo justicia y por lo menos una vez al mes viaja a distintas provincias del país con la finalidad de recorrer sus calles y quizá encontrarla. La ausencia de Rosita es su motivación, ella en parte ha logrado recuperar su tranquilidad emocional y ha logrado difíciles aprendizajes, no obstante no hay día en que no sienta aflicción o que no rompa en llanto por el recuerdo de su hija.
El apoyo que ha recibido de sus familiares y amistades ha sido importante, pues le ha permitido tener prudencia y cordura y es que la desaparición involuntaria de un ser cercano genera una batalla entre fe y desesperanza, por alguien que quizá nunca aparezca o que lo enccuentren pero sin vida. Laura tiene firme promesa de buscar a su hija todos los días de su vida hasta que la encuentre o le lleve la muerte.
Realizado por: Diana Quiroz. Periodo 48, grupo 721.