No voy a explicar a detalle cómo se juega Yu-Gi-Oh!, los tipos de cartas que existen, las reglas o un sin número de cosas, pero me centraré en lo que pude ver y aprender de la gente que se desenvuelve en el local PRESI’S CORP.
Un baldazo de agua fría, fue lo que recibí al llegar. Alguien por ahí, me dijo que fuera preparada para ser acosada durante toda la mañana, ya que iba a un sitio en donde solo podría encontrar hombres.
Eran las 10 de la mañana, los jóvenes poco a poco empezaron a llegar, la imagen que había construido no tenía nada con la realidad que estaba viviendo, iban entrando uno por uno los chicos, y como si se tratase de su hogar cada uno saludaba entre sí. Un ambiente cálido empezó a llenar la sala de juego, todos hablaban e intercambiaban experiencias, me recordó en cierto momento el ambiente familiar que uno siente cuando está en su hogar.
Salomé Mazón lleva 7 años involucrada en el mundo de Yu-Gi-Oh!, es dueña del local PRESI’S CORP junto a su novio Alejandro Jaramillo, quien se encontraba en un torneo, del mismo juego, en Colombia. Aquella joven de buena presencia y a la vez amable, se encargó de organizar todo el lugar.
¡Primera ronda! gritó, mientras los chicos seguían llegando apurados como si se les fuera el bus, el ambiente se amenizó con mayor fuerza, a pesar de que se trataba de una competencia, la actitud de los chicos parecía no cambiar, al contrario todos hacían el papel de estudiantes y maestros. Cada ronda era el lugar perfecto para aprender y enseñar un poco más sobre el juego.
Así transcurrió el tiempo y aquellos muchachos entraban y salían cuando un nuevo turno comenzaba, en total fueron 4 rondas de 3 horas y media aproximadamente. Decidí acercarme a Salomé para pedirle ayuda, supo explicarme un poco sobre la lógica del juego. Se trata de estrategias, me dijo, cada chico tiene un oponente y el objetivo es debilitar puntos y quitar vidas al contrincante.
Su explicación no aclaró mucho, me acerqué a uno de los ganadores de aquel torneo. Andrés Freire un joven de 17 años, inició su interés en el juego de Yu-Gi-Oh! en el colegio, en donde todos lo veían jugar en el patio y las burlas eran el pan de cada día, pero eso no fue su impedimento para continuar y aprender más del juego.
Él comenzó a ir en PRESI’S CORP hace 1 año. “La verdad nunca hubiera entrado solo al lugar porque me daba un poco de vergüenza” contó, me comentó algunas de las experiencias que ha vivido, y que sin duda, son las más comunes entre los jugadores. Todos en algún momento de su vida han sido estafados por personas mal intencionadas, que se aprovechan de los principiantes, para venderles cartas a un costo que supera el valor real, a partir de estas situaciones uno tiene la obligación de aprender más, sobre el mundo que rodea esta actividad.
Por su emoción y seriedad, no era cualquier joven. Una de las cuestiones que me sorprendió, es la cantidad de cosas que se puede aprender a través del juego, muy a parte de la estrategia y las leyes que se plantean al jugarlo. Andrés, me enseñaba uno de sus arquetipos favoritos lo que comúnmente conocemos como barajas, este tenía como temática a la Divina Comedia, cada carta contenía a uno de los personajes de esta historia, Dante, Beatriz, Virgilio y los demonios. Eso lo impulsó a leer el libro de origen y este apenas es un ejemplo.
Juan Mosquera de 24 años mencionó que las cartas han sido su profesor y medio para aprender inglés, gracias a estas su escritura y pronunciación ha mejorado.
Como si fuera víctima de una de las cartas más poderosas, mi energía bajó. Cayó la tarde y sin darme cuenta yo ya tenía otra imagen sobre los jugadores de este juego. La metamorfosis de los chicos aficionados, de los ‘frikis’, en jóvenes con pasiones, talentos y compañeros que cada semana se sientan y con sinceridad ponen las cartas sobre la mesa.
Realizado por: Verónica Herrera. Periodo 48. Grupo 721.