Pasan los años, pasa tu vida. Pasan los meses, pasan tus días. Pasan las horas, también tus minutos. Este puede ser tu último segundo.
Eskorbuto
El punk surge a finales de los años 70 en Inglaterra como una forma de resistencia frente a la crisis económica que allí se vivía. Luego, se disemina como una corriente musical e ideológica a lo largo de varios países, llegando a Ecuador en los años 80 a la ciudad de Guayaquil con la banda Descontrolados. En ese tiempo, los medios difundían bastante rock latino y español de moda en esa época. Mientras ciertas bandas de rock se posicionaron a lo largo del mundo, al punk le lanzaban piedras desde las pantallas de los grandes medios.
Como diría Malcom X “Sino estás prevenido ante los medios de comunicación, te harán amar al opresor y odiar al oprimido”. Los medios de comunicación están ligados a la tendencia, a la moda y a la propensión, es por ello que la difusión musical a inicio a del 2000 se tornó mucho más ligada a géneros como el pop. Para Gramsci (1926) citado en Albarez (2016), la hegemonía es una imposición de tipo cultural donde las clases dominantes imponen su visión del mundo. La hegemonía es heteronormativa, por lo que proponer algo alternativo nunca ha estado de la mano de los medios. Esto sirvió para marginalizar más a las denominadas “subculturas”.
La denominación de «Subculturas» parece ser una forma de exclusión social que se realiza al momento en que implica que estos grupos de gente, unidos por diferentes creencias afines, van en contra de formas establecidas de control social y del modelo del capitalismo en el que el tiempo es igual a dinero, es decir, ser «productivo» en la mayoría del tiempo, significando que si no se genera dinero pasan a ser actividades secundarias. El punk, en teoría, busca exactamente ir en contra de esto.
Salgado, 2019
El punk viene a ser un espacio de libertad de expresión. Antiguamente, la forma de distribuir música en formatos -como el casete- creaba ciertos vínculos entre las personas, ya que la música era difícil conseguir. El encontrarte con alguien para que te pase un casete era un motivo para conversar y compartir ideas que poco a poco iban creciendo y consolidando grupos para manifestar el descontento social que se sentía.
El advenimiento tecnológico nos trajo grandes facilidades, pero lastimosamente parece que se nos están yendo de las manos. Los estereotipos implantados en la sociedad son los que a veces impulsan a los y las jóvenes a “salirse más” o «salirse en serio» de la aparente normalidad. Es allí donde se va generando el punk como una alternativa y un rechazo. Esto implica abordar la realidad desde otra perspectiva.
El punk es una forma de ver el mundo y va de la mano con una serie de filosofías e ideas que refuerzan la ideología de que la rebelión y el libre pensamiento son parte fundamental del desarrollo del ser humano. Las grandes ideas nacen inversamente proporcionales a las injusticias y deben ser entendido como un derecho. Jamás estuve de acuerdo en que sea tomado como una excusa para vivir una vida sin responsabilidades; por el contrario, creo que esta corriente tiene una enorme responsabilidad con la sociedad. Las personas que aceptan esta filosofía de vida no pueden dejar de nutrirla y reforzarla con filosofías más trascendentales.
Rosero, 2019