El frío de la tarde y el vuelo precipitado de las palomas de la Plaza de San Francisco, acompaña a cuatro hermanos oriundos de Chimborazo. Luis, Manuel y José Morales se preparan para laborar una tarde más como cantantes informales. El extenso graderío y las piedras rocosas de la plaza forman parte del escenario; uno a uno se alistan para la presentación frente a los asistentes. Delia, su hermana menor, con sus pies descalzos y un faldón a ras de suelo recogerá las colaboraciones de los simpatizantes del espectáculo.
Flautas, rondadores, charangos y cascabeles son sus instrumentos de trabajo. Llama la atención el vestuario de los artistas callejeros. Es diferentes a los de otros de artista; los colores rojo, blanco, azul y verde forman parte de las grandes coronas adornadas con plumas de loros, papagayos y gallinazos. El sonido de un cuerno de búfalo, da inicio al primer cántico sendero andino.
El sutil silbido de la flauta de Manuel, siembra un ambiente de sentimiento entre el público presente, los sonidos que lo acompañan transportan al oyente a un mundo andino, un lugar de contacto con la naturaleza y los animales de páramo. Poco a poco las personas que caminan por la plaza de San Francisco se acercan para apreciar el trabajo de los tres hermanos. Las cámaras de los turistas empiezan a filmar las interpretaciones de los hermanos Morales. El frío acongoja cuando finaliza la presentación. Manuel reconoce: no tenemos nombre, pero si identidad, somos parte del Chimborazo.
Realizado por: Daniela Caizaguano. Periodo 47, grupo 721.