Las ilusiones de un guardia de seguridad

Edwin Lara, Guardia de seguridad
Edwin Lara, guardia de seguridad

“Estaba sentado esperando que me den mis uniformes, con una gran sonrisa”, es el primer recuerdo de Darwin Lara, cuando hace ocho años comenzó a trabajar en la empresa de seguridad Grunseg, que presta servicios a Multicines del  Condado. La confianza, esfuerzo y perseverancia ha hecho que Darwin vea su profesión como una batalla llena de triunfos, que le ha servido para mantener a su familia contenta y cumplir con sus metas.

A sus 33 años de edad es un hombre con mucha energía y positivismo; cuenta que uno de sus sueños fue proteger a las personas, en la actualidad practica karate do shotokan. Sus compañeros lo consideran humilde y con buen humor, ya que siempre tiene una buena predisposición a ayudar.

Su uniforme representa un emblema en su vida, ya que es el símbolo de su fortaleza y además personifica una de las etapas más gratificantes de su vida, “ayudar a las personas es algo sensacional, pero protegerlas o defenderlas es una gran misión”.

Para Edwin ejercer esta labor es estar comprometido, primero con uno mismo y luego con los demás, siempre se debe manejar los problemas con una mente positiva para no crear más conflictos, sino tratar de apaciguarlos, dice que “una de las cosas más bonitas es tener la capacidad y experiencia de poder ver los alrededores y saber cómo se están dando las cosas sin necesidad de estar cerca”.

Guardia
Uniforme de trabajo

En su trabajo existen riesgos, es por ello que en su tiempo libre se dedica a los deportes extremos y a las artes marciales como el King boxing, defensa personal y actualmente karate do shotokan, esto le ha dado seguridad, además siempre le ha gustado sentir la adrenalina en su cuerpo.

Estas destrezas han mejorado su carácter, le han dado paciencia, serenidad, calma y salud. Edwin se mantiene en buena condición física, su cuerpo cada vez se va preparando para encuentros más rigurosos.

Haciendo deporte en su tiempo libre
Con sus amigos después de la práctica de karate do shotokan.

“Me siento feliz de lo que he logrado en mi vida”, Edwin tiene la oportunidad de trabajar en algo que realmente le gusta y practicar actividades que van de acuerdo a su profesión. Puede ser que esto no le genere ingresos económicos, “me interesa más vivir el día a día, ya que cuando me toque partir no me podré llevar nada, y menos cosas materiales”.

Sus actividades no solo se basan en el cuidado y protección de las personas que asisten al cine, sino que se encarga del control y verificación del personal, inspección y funcionamiento de los aparatos electrónicos y tecnológicos, registro de cámaras.

Ha pasado momentos difíciles, una vez pensó que podría acabar con su vida, en un momento en el que tenía que proteger a una familia, de un ataque de delincuencia en las afueras del cine, para concluir expresó “solo Dios tiene el control de nuestro destino”.