La ausencia de Rosita, una razón para vivir

Fotografía por Diana Quiroz.
Laura N, con ilusión mira las fotografias de Rosita.

Ya son más de dos años que la hija de Laura N desapareció involuntariamente. La mañana del 15 de Abril del 2014, Laura despidió a Rosita antes de ir al colegio y fue a trabajar. Cuando llegó a casa por la tarde no la encontró y creyó que su demora se debía a algún imprevisto. Llamó a sus amistadas, familiares, vecinos, conocidos y no la encontró.

Los días posteriores a su desaparición hizo la denuncia del caso en la fiscalía. Las respuestas que obtuvo fueron poco alentadoras, alegaron que era adolecente, que debía estar con sus amigos o con pareja y que seguramente volverá pronto a su hogar… Laura quedó desecha y no supo qué hacer, la frustración y la angustia que sentía la llevaron a una depresión crónica, incluso intentó quitarse la vida. no hubieron palabras para calmar su dolor.

El amor de Laura por su hija la obligó a dejar de lado la tristeza. Cansada de esperar se puso a investigar por su cuenta y convirtió su casa en un centro de espionaje y locura, todos eran sospechosos. Con ayuda de su mamá golpeó las puertas de las casas en su vecindario, persiguió a sus vecinos, en especial a uno que tenía antecedentes de comportamiento indebido por alcoholismo y acoso sexual, pero no encontró nada para inculparlo como un posible sospechoso.

Fotografía por Diana Quiroz.
Laura N, con los objetos de Rosita.

Laura ha pasado el tiempo repartiendo volantes, sin importar el clima ha ido a concentraciones con un cartel en las manos exigiendo justicia y por lo menos una vez al mes viaja a distintas provincias del país con la finalidad de recorrer sus calles y quizá encontrarla. La ausencia de Rosita es su motivación, ella en parte ha logrado recuperar su tranquilidad emocional y ha logrado difíciles aprendizajes, no  obstante no hay día en que no sienta aflicción o que no rompa en llanto por el recuerdo de su hija.

El apoyo que ha recibido de sus familiares y amistades ha sido importante, pues le ha permitido tener prudencia y cordura y es que la desaparición involuntaria de un ser cercano genera una batalla entre fe y desesperanza, por alguien que quizá nunca aparezca o que lo enccuentren pero sin vida. Laura tiene firme promesa de buscar a su hija todos los días de su vida hasta que la encuentre o le lleve la muerte.

Realizado por: Diana Quiroz. Periodo 48, grupo 721.