Un empleo informal es una oportunidad de progreso

Venta
Doña Nelly lleva más de 10 años en la venta ambulante en Carapungo

A las afueras del estadio de la Liga Barrial de Carapungo, entre distintas historias de superación aparece una especial, la de Nelly Arévalo o Doña Nelly. A sus 58 años después de haber trabajado toda una vida, decidió montar, un puesto dedicado a la venta de pinchos al frente del estadio.

Nelly ha pasado por diferentes etapas en su vida, la más dura comentó, fue el ver crecer a sus 3 hijos y afrontar junto a su esposo su crianza, educación y la forma de sostener económicamente el hogar; al no tener un trabajo estable, tuvo que idear la manera de ganar dinero,  en un inicio lavando ropa y permitiendo que sus hijos vayan solos a la escuela, lo que causó mucha zozobra.

Chimichurri
Doña Nelly tiene su «Chimichurri» es un secreto de la casa para cautivar a los clientes

Cuenta que después empezó a vender bolos, en el centro histórico de la ciudad, al mismo tiempo elaboraba y vendía chinchulines, en los alrededores del mercado de Carapungo. Aproximadamente hace un año cambió de lugar, en búsqueda de más clientes. Todas las tardes vende una considerable cantidad de pinchos, los que más disfrutan del producto son los chóferes de una cooperativa de taxis aledaña.

Su puesto lo compone un asador, un parasol y un plástico negro que lo utiliza de cortina para cubrirse del sol y las aguas. Para vender su producto, se levanta cerca de las cinco de la mañana, con ayuda de su esposo prepara los pinchos con productos son frescos y de primera calidad. A las 14:00 horas llega a su lugar de trabajo, monta el puesto, enciende la brasa soplando muy fuerte el carbón, luego saca de un balde de plástico más de 50 pinchos de carne y pollo y en tandas de 5 los ubica ordenadamente en la brasa, cuando alcanzan el punto exacto los sirven con mayonesa y ají. Aproximadamente a las 9 de la noche termina con la venta,

Pinchos
  Doña Nelly trae para la venta aproximadamente 50 pinchos.

Las dificultades que encontró en la venta ambulante son muchas, una de ellas fue conseguir los requisitos que exige el Municipio para levantar el punto de venta, además se afilió a la Asociación de Vendedores Autónomos. Una anécdota, que recuerda entre risas Doña Nelly, la vivió hace más de 5 años cuando los policías municipales se llevaron su puesto  a plena luz del día, aduciendo que no tenía en regla sus permisos. Otra cuestión que la aflige es la enfermedad que padece su esposo (desprendimiento de retina) lo que ha obligado a trabajar con más ahínco, esmero y a no amilanarse jamás, al ser el sustento de su hogar y un ejemplo de lucha para sus hijos.