A finales del año pasado visité San Pablo del Lago. Luego de una caminata de media hora llegué a la Rinconada, un paraje natural del que tengo recuerdos desde mi niñez, cuando lo visitaba en los paseos escolares. Este sitio se llama así por estar al final del camino de la montaña Cusín; allí antes se realizaban actividades familiares, acampadas, parrilladas. Ahora la Rinconada es un potrero cercado con alambre de púas.
Me atreví a quitar la cerca y entré, el olor a heces de animales estaba en el ambiente y es que al momento la ganadería improvisada impide el turismo en el sector. Pero ¿quién es el dueño del ganado?, Martín Oviedo, un lugareño me responde: son de la comunidad, ellos han dispuesto que pasten aquí; los actuales dirigentes de la comuna no se preocupan, piensan que tener vacas es abandonarlas en el terreno y ya, concluye.
El descuido y despreocupación de las áreas de recreación de San Pablo del lago son evidentes. Las autoridades promueven el turismo, pero no cuidan los lugares. A mi regreso, en la junta parroquial, busqué a Amadeo Casco Colta presidente del Gobierno Autónomo Descentralizado Parroquial, el explicó que el problema surgió cuando el terreno pasó a manos privadas y se hizo un proyecto turístico sin proyección, el mismo que fue abandonado al poco tiempo.
Mientras se alcanzan soluciones en San Pablo del Lago, me tengo que conformar con el recuerdo de mi niñez y los gratos recuerdos de mis paseos por la Rinconada.
Realizado por Santiago Báez. Periodo 47, grupo 721.